miércoles, 24 de septiembre de 2014

sábado, 30 de agosto de 2014

Que si quiero o que si tengo

Tengo defectos que ya no sé si son virtudes, y virtudes que puede que ahora sean defectos. Tengo un vacío que tiende al infinito y que ni dándole la vuelta se torna más atractivo. Tengo tan pocos remordimientos que las palabras ya no tienen sonido, no me replican nada.
No me gustan las despedidas, ni me gustan los compromisos. Odio soltar las maletas cuando llego a un destino. Aunque realmente donde hubo no pueden quedar ni los deshechos. Ni el cielo se torna tan difícil cuando ya no cuentas con meras miradas.
Mis remordimientos se fueron contigo, pero no quiero saber lo que haces con ellos; aunque mejor no hagas nada, ellos sabrán cómo jugártela. La mala pasada ya decidieron que me tocaba a mi, mi cabeza ya no se resiste a nada. Porque es nada. Nada es dejar de olvidar cada vez que vuelves que un día te fuiste, es recordar que cuando vuelves volverás a irte. O al revés. Mejor no decir nada. Nada.
¿Que si quiero o que si tengo? Tengo la diferencia como defecto, y quizás me falte como virtud. Tengo contradicciones por virtudes, que para cualquier otro momento serían defectos. Que si quiero o que si tengo, que si quiero o que si tengo... Ya no sé que es lo que tengo y no quiero, y que es lo que quiero y no tengo. Ya no sé si quiero tenerte conmigo, o si tengo que querer que te vayas. No sé si quererte es tenerte, o si tenerte es tener nada. Quiero muchas cosas y ninguna me consuela. Tengo demasiado que escribir y no me salen las letras.
Y hoy me vuelvo a acostar como Dios me trajo al mundo: sin entender ni saber qué pasa. Sólo quiero dormir, no necesito más nada.

domingo, 20 de abril de 2014

No tengo ganas de poner(te) título.

Que suenan relámpagos y tu nombre retumba con ellos. Miro al cielo para ver si veo algo y la lluvia se acelera como si por la calle te fueras acercando. No quieren que te encuentre, pero es que tú me estás buscando. Me intento resguardar en algún portal para intentar no mojarme, pero al verte me sobra la lluvia y el agua que cae porque si me mojo es sólo de todo lo que te traes entre manos. Como si lo viera. Como si los truenos no existieran en mi cabeza. Que aunque no suenen yo los sigo oyendo, están cada vez que tu risa resuena. Sigo andando por la calle intentando esquivarte, parece que el viento te mueve al son de las nubes. A ver si se lleva la lluvia. A ver si tu sonrisa se queda. Espero que mañana amanezca igual, es un juego con la tormenta que me divierte como si nunca saliera perdiendo, como si tu vida caso me hiciera.



sábado, 19 de abril de 2014

Son contradicciones.

Son ganas de escribir. Son escritos sin ganas. Son versos que se rompen al leerlos. Son palabras que sobran en el silencio. O que faltan.
Son sentimientos de juguete. Son suspiros que se retiran cuando pasas. Son retiradas que se transforman en suspiros.  Son miradas buscando algún punto al que mirar. Y no encuentran nada.
Son tristezas que arrasan con alegrías. Son alegrías bailando entre tristezas. Son las cosas que escribo para saber lo que digo. Son las cosas que digo para así poder escribirte. 
Son despedidas en forma de esquina. Son algunos círculos que nunca giramos. Son canciones que no tienen letra. Son letras sin nada que ver con lo nos estamos imaginando.

Son ganas de ti. Eres tú con mis ganas.



miércoles, 9 de abril de 2014

Aprendamos a decir 'Yo'.

Como os iba contando, decía mi amiga Ayn Rand que para decir 'Yo te quiero' primero hay que aprender a decir 'Yo'. Parece una obviedad, pero no lo es. Ustedes bien saben que no lo es.
Llámenlo egoísmo, si quieren. De hecho, lo es. Es egoísmo. Pero un egoísmo al que se llega mediante la razón, un egoísmo sano e incluso, me atrevo a decir, necesario en todo ser humano. Y digo necesario, porque sin él no somos capaces de pensar en uno mismo, lo cual es la única manera de alcanzar el equilibrio personal que, consciente o inconscientemente, todos buscamos en cualquiera de nuestras acciones.
Sí. Llámenlo egoísmo. Un egoísmo que nos lleva a hacernos valer, de forma que luego nos valore el resto. A juzgarnos nosotros mismos para luego no tener miedo a ser juzgados. A tener la valentía de mostrarte tal y como eres. A dar a saber que existes, que estás ahí, que eres libre y no mereces que nadie te lo prohíba, que eres un individuo independiente que puedes ser feliz cómo y cuándo tú quieras sin dar explicaciones a nadie, sean cuales sean sus consecuencias.
Si no sabemos decir 'Yo', ¿qué sentido tiene ir más allá? Cómo vamos a querer a alguien, si ni siquiera intentamos querernos a nosotros mismos, conocer lo que somos, para lo que estamos, y a lo que podemos llegar. Necesitamos tener presente la primera persona del singular para aprender luego a manejar los otros sujetos. 
Acabemos con el erróneo concepto que se tiene de la palabra 'egoísmo', con la mala imagen que hay en la sociedad de mirar por uno mismo, de preocuparse por el individuo. Rompamos los prejuicios, el falso altruismo, la moral establecida y la solidaridad prostituida. Terminemos con el pensamiento único de unos pocos que se extiende en la sociedad como un maldito cáncer, que te obliga a ver el mundo con una visión colectivista, que te intenta hacer ver que si piensas en ti mismo, no eres una persona de bien y provecho para esta sociedad, que no colaboras debidamente a construir el bien común en un asqueroso Estado de Bienestar.

Aprendamos a decir 'Yo'.

'Yo' estoy aquí.
'Yo' tengo libertad.
'Yo' soy un individuo único.
'Yo' soy yo.



jueves, 3 de abril de 2014

En vela.

Me gustas más cuando me emborracho porque así te veo dos veces. Y te pienso sin querer pensarte. Y si no lo hago es simplemente porque no me apetece.
Me sumerjo en el mundo de tus letras para acabar luchando por no ahogarme en él, para salir haciendo lo único que sé, escribirte. Y disuadirte. Porque así es más cómodo, porque así no hace falta que lo entiendas. No hay más. Es fácil. O lo tomo, o me dejo.
Intento sanar las heridas hurgando en ellas. Y cuando no quiero sanarlas me vuelvo loca y doy tres pasos atrás. Pero solo para coger carrerilla para chocarme contra la misma pared, pero con más fuerza que otras veces. Es agónico, sí. Pero es que te vuelves tan tentador.

Maldito colchón. No me gustan los colchones blandos.



domingo, 30 de marzo de 2014

Porque sí.

Cuando siento que no me llenas, me bebo tres vasos de agua y escribo seis frases y media para no hacerme sentir de forma volitiva que me ando entre momentos vacíos de lógica, de verdaderos sentimientos, y de intenciones que a nada me llevan.



-

Y es que a veces me da por pensarte, y se me derriban las estructuras de mis contradicciones.




viernes, 28 de marzo de 2014

Limón y sal.

Solucionamos los problemas con soluciones que no solucionan prácticamente nada. Nos conformamos con comernos una tarrina de helado o una tableta de chocolate cuando hemos sufrido algún tipo de desamor. O con escuchar a Sabina a las dos de la madrugada mientras escribimos tres versos como desahogo cuando tenemos desvelo. Nos sentimos mejor fumándonos un paquete de cigarrillos viendo como se consume cada uno de ellos mientras creemos que el humo va consumiendo a la vez nuestros temas. Nos llenan las letras de Vetusta Morla, los poemas de Bécquer o las entradas de algún blog de mierda para hacernos creer que no estamos solos en el problema. Se nos queda corto un determinado número de copas porque al emborracharnos aliviamos el desengaño o desaparece esa maldita figura de nuestra mente. Corremos por un parque mientras intentamos descargar la rabia de alguna última despedida con cada paso que avanzamos. Nos quedamos más tranquilos soltando cuatro puñetazos a la pared porque el dolor es incomparable al de un a verdad sin medida. O buscando limón y sal en la barra de algún bar porque este tequila no se lleva solo las penas.

Qué de infortunos con hojas en blanco, qué de tristezas con un toque de energía. Cuántos tropezones con sabor a vodka, y cuántos con sabor a maría.

Y qué maldita forma de solucionar los problemas. Y qué bendita forma de que se nos vaya la cabeza.



lunes, 17 de marzo de 2014

-

Me gusta la lluvia porque cuando llueve te ves más bonito. Y te enfadas. Y entonces estás bonito y enfadado.



lunes, 10 de marzo de 2014

Qué será, será.

Será un recuerdo tonto o un invierno que no avisa. Será el miedo por lo nuevo o las ganas ya perdidas. Quizá sea que no quiero un amor estropeado, mientras soy yo la que estropea. No sé, serán las letras que suelto, que me cuelgan de la espalda y me pesan.
Seré yo. O serás tú. O seremos los dos, que vamos sin rumbo y no pensamos en lo que nos une y nos aleja.
Es difícil ser clara, cuando solo balbuceo. Ya las cosas han cambiado, será el grito que me ahoga. Ahora es agudo en mi cabeza y ni el tiempo lo aminora. Ni tu sonrisa lo borra. Ni mi impaciencia lo para. Será el pez que no pica el anzuelo o tu fuerza sin complejos. O mis complejos sin fuerza. 
Ya no pienso en continuar, ahora pienso en aguantar el paso, aguantar esta juerga.
Seremos ambos, que jugamos dando vueltas a una misma idea.



jueves, 6 de marzo de 2014

A los niños no hace falta enseñarles a ser curiosos.

Dicen que la curiosidad mató al gato, pero yo creo que precisamente fue la que lo mantuvo vivo. Y que el valor es quien vence al miedo, pero estoy segura de que quien lo vence es la curiosidad.

Esa curiosidad que nos anima a investigar, a aprender, a maravillarnos, a no conformarnos. Todo en esta vida es una curiosidad. Absolutamente todo. Y si no lo es, se cura con ella. El aburrimiento, la ignorancia, la soledad y el desconocimiento se curan con curiosidad. Sin embargo, esta no se cura con nada, porque no tiene límites, no puede ser curada. Y qué hay más bonito que eso.

Prefiero que mi mente se abra movida por la curiosidad a que se cierre movida por la convicción. Prefiero seguir generándome dudas que dar por hecho planteamientos y afirmaciones. La curiosidad precisamente es la negación de todos los dogmas y la fuerza motriz del libre examen y pensamiento. Porque no es nuestro crimen, porque querer conocer no es ningún pecado. Porque ser inquietos por saber más no es ninguna enfermedad. Para mi, es una virtud.

No se inclina tanto a lo bueno y bello, como a lo que es raro y único, diferente, nuevo. Qué feo sería si todos estuviéramos seguros de todo, si no nos equivocáramos, si no quisiéramos conocer más sobre la vida y lo que la rodea y guía. Si nos quedáramos con lo establecido, con el miedo, con la norma, con la subordinación, con la educación reglada. Qué feo conformarnos y no querer curiosear.

Y cada vez estoy más segura de que la juventud de uno no se mide por los años que tiene, sino por la curiosidad que almacena, y que la vejez no es más que una pérdida de la curiosidad. Si el pecado de la curiosidad es que hace que las personas sigan vivas, bendito pecado que nunca dejaría de cometer.




A los niños no hace falta enseñarles a ser curiosos.





miércoles, 5 de marzo de 2014

Historias.

Yo lo quise y, a veces, él también me quiso.

Hacía del 'a veces' algo eterno, lo cual me bastaba para cubrir aquellos espacios vacíos.




jueves, 27 de febrero de 2014

Creer para ver.

Casi todos los días vemos en los medios noticias de personajes ilustres y famosos que fallecen. Es ley de vida. Personas que son conocidas por algo que han hecho (o no) en esta vida, más o menos importantes, pero que al fin y al cabo se hacen notar en la sociedad. Sin embargo, cuantísimas personas que hacen cosas notables, cuantísimos artistas y personajes que valen pasan a la historia anónimamente sin ser reconocidos tanto como se merecen. 

Porque hoy se ha ido un gran artista al cielo, hoy hay una buena persona más junto a Él. Qué razón tiene eso de que siempre se van los mejores, pero lo pienso y qué suerte tiene de haberse ido. De poder mirar Su cara por fin, después de tantos trazos Suyos, después de tantas líneas intentando copiar Su rostro, tantos momentos en los que le ha imaginado para poder mostrarle al mundo lo hermoso que es. Después de tantas y tantas veces que Le ha dibujado, ha llegado el momento de tenerlo cara a cara, de que apareciera definitivamente ante sus ojos, de estar con Él para el resto de los días. Qué suerte, artista. Pero más suerte para los que le hemos conocido y los que hemos disfrutado con tanto que conseguía.

A esa persona que desde que tengo uso de razón sólo me ha provocado una enorme admiración hacia lo que hacía, hacia su ilusión y dedicación en cada una de sus maravillas. Siempre me ha conmovido la forma tan hiperreal que tenía de dibujar, cómo plasmaba cada detalle, cada sombra, cada curva. Cómo me hacía ver delante de mis ojos al Señor y a su Madre, cómo me ha puesto los pelos de punta con cada línea trazada. Desde pequeña, si algo he tenido claro es que me quería dedicar a dibujar, estudiara lo que estudiara. Y mi tío, en este aspecto, siempre ha sido para mi el mayor ejemplo a seguir, sin duda.

A él, a sus manos, a sus años, a su pincel, a sus canas, a su corazón. A su acuarela, a su vida, a su paciencia, a sus éxitos, a sus fracasos, a su valor. A su alma, a su arte, a sus cuadros, a su Gran Poder, a su pasión. A él le agradezco mi amor y mi devoción por la pintura y por la Semana Grande de Sevilla, mi sentimiento por algo tan bonito y tan irremplazable como son esos días, mi Fe y mis creencias, mi filosofía de que si ves, es porque antes ya has creído. Porque para pintar, hace falta algo más que unas manos y un papel, hace falta creer para ver.

Hoy Sevilla se ha quedado un poco más vacía, el Gran Poder y la Macarena están llorando su ausencia, pero sé que desde arriba sigue guiando los pasos hasta San Lorenzo para que nadie nunca se pierda.

Hoy Sevilla se ha vestido de ruán.


D. PUCH




lunes, 17 de febrero de 2014

Algo nuevo.

Cuando el miedo a lo desconocido se hace enemigo del destino. Cuando la suerte que un día perdiste se vuelve irremediablemente tuya, e incluso te sientes egoísta por poder permitirte abarcar más de la que necesitas.

Cuando la tentación se desborda por los vértices y la ilusión no puede esconderse, ya no hay sitio dentro de tus rincones para ella; necesita salir a gritar las cuatro palabras que se ha estado callando hasta ahora. No existen diferencias, no existen retos imposibles, no existen amores reprimidos, ni existen silencios perdidos. No hay sentimientos hechos para otra persona, no hay tiempo desperdiciado, ni pensamientos caducados. No hay cabida para otra derrota, ya no quedan más palabras vacías, aquellas que marcharon para consolar al que las sigue necesitando.

Cuando tocas los tejidos con las manos, y lo único que falta es anclar en ellos. Cuando la ignorancia cambia de disfraz, se vuelve irreconocible para aquello que ya no conoces, y se abren las puertas para que salga. Siempre quedarán cicatrices, pero siempre habrá algo que te tape los ojos cada vez que quieras mirarlas. La necesidad ya no es un hecho, ahora es una leyenda que se hace cada vez más minúscula porque ya no sabes ni qué espera de ti. La lógica y el sentido se fueron, ahora solo te dejas llevar por lo nuevo, por lo real, por el ingenio, por la satisfacción, por los secretos.

Cuando lees este texto y no le encuentras sentido. Entonces es que has encontrado lo que buscabas. Es que ya no te queda ningún relevo.



martes, 28 de enero de 2014

Nada que escribir.

Hace tiempo que no cuento nada por aquí. Aunque la razón es que no tengo nada de lo que hablar.

Podría escribir sobre lo que he hecho en este tiempo, pero nada se ha salido de lo rutinaria que es una época de exámenes. Estoy tan metida y concienciada de esta rutina que el agobio general se intensifica aún más cuando algo se sale de lo normal y cambia un pequeño detalle en ella. Es un tanto triste, pero últimamente mis días están un poco vacíos de contenido social.

También podría escribir sobre el amor, pero me quema tanto el tener que pensarte que hace tiempo que ya me di por vencida, que me cansé del bucle en el que caía un día tras otro, que la indiferencia tomó las riendas de mi mente para ahora no tener el triste consuelo de desahogarte escribiendo. Antes invertía mis letras en tu nombre, ahora no me sales tan caro en cada uno de mis párrafos.

Tal vez de política. Pero es muy impotente ver como todo el mundo está sumergido en una espiral de pensamiento único de la que es imposible sacarlo. Tengo en mi cabeza un país libre donde prime por encima de todo cada individuo, donde cada uno pueda elegir qué forma es la mejor para hacer su vida, donde nadie decida por ellos, donde exista la libertad por encima de todo, tanto social como económica. Pero no, lo pienso tanto y tanto, que a veces necesito volver al mundo real para respirar algo de coacción entre la masa de borregos.

Podría escribir sobre la gente, sobre lo harta que me tiene, sobre lo tonta que me parece, sobre lo poco que me gusta, sobre todo lo que me decepciona, sobre la hipocresía que la maneja, sobre la poca que queda de verdad. Claro, que no merece la pena. Por suerte aún me rodean personas que me rompen los esquemas de esta falsa 'suciedad' y que me dan fuerza para seguir adelante. Porque para lo bueno está el mundo entero, pero para lo malo los cuatro gatos que se quedan son suficientes para mí, y lo demás sobra.

O quizás podría escribir sobre mi misma. Pero.

En realidad siempre hay algo de lo que escribir. Se que tengo mil cosas que soltar y un millón sobre las que quejarme.

Sin embargo, no creo que pueda contar esta vez nada de verdad.



sábado, 25 de enero de 2014

Determinantes.

Eres el 'tú' que mejor suena.

Somos el 'nosotros' menos esperado.

Soy el 'yo' que siempre lo estropea.