sábado, 30 de agosto de 2014

Que si quiero o que si tengo

Tengo defectos que ya no sé si son virtudes, y virtudes que puede que ahora sean defectos. Tengo un vacío que tiende al infinito y que ni dándole la vuelta se torna más atractivo. Tengo tan pocos remordimientos que las palabras ya no tienen sonido, no me replican nada.
No me gustan las despedidas, ni me gustan los compromisos. Odio soltar las maletas cuando llego a un destino. Aunque realmente donde hubo no pueden quedar ni los deshechos. Ni el cielo se torna tan difícil cuando ya no cuentas con meras miradas.
Mis remordimientos se fueron contigo, pero no quiero saber lo que haces con ellos; aunque mejor no hagas nada, ellos sabrán cómo jugártela. La mala pasada ya decidieron que me tocaba a mi, mi cabeza ya no se resiste a nada. Porque es nada. Nada es dejar de olvidar cada vez que vuelves que un día te fuiste, es recordar que cuando vuelves volverás a irte. O al revés. Mejor no decir nada. Nada.
¿Que si quiero o que si tengo? Tengo la diferencia como defecto, y quizás me falte como virtud. Tengo contradicciones por virtudes, que para cualquier otro momento serían defectos. Que si quiero o que si tengo, que si quiero o que si tengo... Ya no sé que es lo que tengo y no quiero, y que es lo que quiero y no tengo. Ya no sé si quiero tenerte conmigo, o si tengo que querer que te vayas. No sé si quererte es tenerte, o si tenerte es tener nada. Quiero muchas cosas y ninguna me consuela. Tengo demasiado que escribir y no me salen las letras.
Y hoy me vuelvo a acostar como Dios me trajo al mundo: sin entender ni saber qué pasa. Sólo quiero dormir, no necesito más nada.