jueves, 3 de abril de 2014

En vela.

Me gustas más cuando me emborracho porque así te veo dos veces. Y te pienso sin querer pensarte. Y si no lo hago es simplemente porque no me apetece.
Me sumerjo en el mundo de tus letras para acabar luchando por no ahogarme en él, para salir haciendo lo único que sé, escribirte. Y disuadirte. Porque así es más cómodo, porque así no hace falta que lo entiendas. No hay más. Es fácil. O lo tomo, o me dejo.
Intento sanar las heridas hurgando en ellas. Y cuando no quiero sanarlas me vuelvo loca y doy tres pasos atrás. Pero solo para coger carrerilla para chocarme contra la misma pared, pero con más fuerza que otras veces. Es agónico, sí. Pero es que te vuelves tan tentador.

Maldito colchón. No me gustan los colchones blandos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario