martes, 28 de enero de 2014

Nada que escribir.

Hace tiempo que no cuento nada por aquí. Aunque la razón es que no tengo nada de lo que hablar.

Podría escribir sobre lo que he hecho en este tiempo, pero nada se ha salido de lo rutinaria que es una época de exámenes. Estoy tan metida y concienciada de esta rutina que el agobio general se intensifica aún más cuando algo se sale de lo normal y cambia un pequeño detalle en ella. Es un tanto triste, pero últimamente mis días están un poco vacíos de contenido social.

También podría escribir sobre el amor, pero me quema tanto el tener que pensarte que hace tiempo que ya me di por vencida, que me cansé del bucle en el que caía un día tras otro, que la indiferencia tomó las riendas de mi mente para ahora no tener el triste consuelo de desahogarte escribiendo. Antes invertía mis letras en tu nombre, ahora no me sales tan caro en cada uno de mis párrafos.

Tal vez de política. Pero es muy impotente ver como todo el mundo está sumergido en una espiral de pensamiento único de la que es imposible sacarlo. Tengo en mi cabeza un país libre donde prime por encima de todo cada individuo, donde cada uno pueda elegir qué forma es la mejor para hacer su vida, donde nadie decida por ellos, donde exista la libertad por encima de todo, tanto social como económica. Pero no, lo pienso tanto y tanto, que a veces necesito volver al mundo real para respirar algo de coacción entre la masa de borregos.

Podría escribir sobre la gente, sobre lo harta que me tiene, sobre lo tonta que me parece, sobre lo poco que me gusta, sobre todo lo que me decepciona, sobre la hipocresía que la maneja, sobre la poca que queda de verdad. Claro, que no merece la pena. Por suerte aún me rodean personas que me rompen los esquemas de esta falsa 'suciedad' y que me dan fuerza para seguir adelante. Porque para lo bueno está el mundo entero, pero para lo malo los cuatro gatos que se quedan son suficientes para mí, y lo demás sobra.

O quizás podría escribir sobre mi misma. Pero.

En realidad siempre hay algo de lo que escribir. Se que tengo mil cosas que soltar y un millón sobre las que quejarme.

Sin embargo, no creo que pueda contar esta vez nada de verdad.



sábado, 25 de enero de 2014

Determinantes.

Eres el 'tú' que mejor suena.

Somos el 'nosotros' menos esperado.

Soy el 'yo' que siempre lo estropea.