domingo, 1 de diciembre de 2013

Llegar de imprevisto siempre se te dio bien.

No te esperaba ya. Has llegado con tu maldita perfección y tus ganas de consumirme así, de repente, pillándome por sorpresa otra vez; siempre te gustó llegar de imprevisto. Apareces tal cual, sin más, como si los meses no hubieran pasado, como si yo no te hubiera olvidado, y entras en mi vida para recordarme que estás, que el tiempo no cura las heridas y que a pesar de los esfuerzos que yo haga no te vas a marchar. Una vez más. Modificar mis cinco sentidos siempre se te dio demasiado bien. Cambiarme todos los planes en cuestión de segundos, también. Pero esta vez es diferente; esta vez ya estaba acostumbrada a desacostumbrarme día tras día a ti. No me pretendía dejar atrapar por tu indiferencia, sino que la mía te atrapara, no sé. No te esperaba. Y sin embargo has vuelto a cogerme por sorpresa, como tanto te gusta, como tantas veces, como  yo siempre odiaba.



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